miércoles, octubre 18, 2006

Leyenda Asturiana: "La fuente de la Xana"


En el siglo VIII, Mauregato rey asturiano, se había comprometido con los musulmanes a entregarles 100 doncellas cada año para desposarse con ellas. El rey elegía a las doncellas mas bellas del reino. Un nutrido grupo de guerreros recorría ciudades y aldeas para elegir a las doncellas, las cuales eran llevadas por la fuerza.

Sucedió un día que los guerreros se enteraron de que en Illas (Avilés), existía una joven muy bella. Belinda, que así se llamaba la joven, sin sospechar en un principio los deseos de los visitantes, los recibió amablemente, pero cuando fue capturada, con gran habilidad consiguió que sus guardianes le permitieran ejecutar bellas danzas y canciones. La joven les ofreció bailar para ellos una danza maravillosa, pero esta tenía que ejecutarse en el campo, a la luz de la luna. Los guerreros, encantados con la gracia de Belinda, accedieron a su deseo y aquella misma noche salieron al campo.

Una vez libre, la joven, corrió hasta una fuente para esconderse y asi burlar a sus captores. Allí oyó como de su interior salía una voz que la decía: "Si quieres ser tú mi xana vivirás días dichosos". La joven preguntó que debía hacer para convertirse en xana; la voz contestó: "Bebe un sorbo de mi agua, y te verás libre de los soldados y acabarás con el tributo". Belinda así lo hizo y se convirtió en una joven de belleza sobrenatural. Cuando los soldados regresaron para capturarla de nuevo, la joven xana los miró con sus maravillosos ojos verdes e inmediatamente se convirtieron en carneros. El Rey mandó otro grupo a Illas para cumplir su orden, pero estos tampoco volvieron. Finalmete el Rey reunió a todo su ejercito y se dirigió a Illas. Al llegar vio una gran cantidad de ovejas y carneros que pastaban alrededor de una fuente en la que se encontraba sentada una joven hermosísima. El Rey se dirigió a ella y le pregunto si había visto a sus soldados, a lo que la xana le respondió que ella no había enviado soldados, sino corderos. El Rey, enfurecido, contesto: "Repito que eran soldados, como los que vienen detrás de mi", a lo que la xana contesto burlonamente: "También son corderos, y tu puedes ser el pastor". El Rey volvió la cabeza y pudo ver como todo su ejercito se había convertido en un rebaño de mansos corderos; asimismo, sus lujosas ropas se habían transformado en prendas de un pastor. Entonces, tembloroso, suplico a la xana que deshiciera el encantamiento y que el se comprometería a cumplir lo que ella deseara. La joven le pidió que renunciara al tributo de las cien doncellas, el Rey acepto y el pacto con los musulmanes quedó roto.

Avalanch realiza su peculiar homenaje a esta leyenda, pudes escucharlo pinchando en esta especie de radio




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